miércoles, 27 de junio de 2012

"FELICIDAD" NO ES UNA MARCA, o el "MARCA" NO DA LA FELICIDAD

Quizás mi condición de perro no me capacite para hablar de algo, tan profundo y simple a la vez, como es la felicidad. Pero mis cuatro años de vida, que para vosotros que nos los multiplicáis por siete serían 28 añazos, me dan para mucho que hablar.

La observación es fundamental en la vida. Y yo llevo mucho observado, incluso en ciertos momentos en los que pueda parecer bajo los brazos de Morfeo. Lo curioso es que el hecho de vivir junto a una maravillosa persona que basa su vida en una marca: marca de pasta de dientes, marca de zapatos, marca de relojes, marca de cremas, marca de maquillaje, marca de teléfono, marca de coche, marca de jeans, marca de lencería, marcas, marcas, marcas y más marcas. Toda su existencia dependiendo de una marca. No sé si echarle la culpa al pobre de Caín, el primer marcado de la historia, o un posible amago de pijo. No he leído mucho la Biblia, por lo que no puedo afirmar si el tal Caín quedó marcado por un "jinete a caballo", o por un "lagartito", o por un "boomerang". Pues mi adoradísima adora-marcas centra su felicidad en ser poseedora de cosas con marcas. Y puedo decir que no es la única persona que necesita de ello.

Ya sé que podéis estar pensando en que me he quejado en más de una ocasión de no tener mi pienso delicatessen por culpa de los recortes aplicados a la "econosuya", es decir, la economía aplicada por ella. Es cierto, lo reconozco, pero debo decir que la culpa inicial fue de la persona que me inició, valga la redundancia, en esos placeres del estómago.

Lo peor ha sido mi enésima metedura de pata cuando, iluso de mí, encuentro en la calle tirado en la acera (¡qué raro!) un periódico llamado Marca. Voy, lo recojo del suelo, lo subo a casa y lo deposito entre los bienes más preciados de mi amita, esos que tienen marca y.... ¡Cerdo, perro guarro, asqueroso.....! Todo eso fue lo que me gané. Ni idea de lo que era ese periódico, pero tampoco era para ponerse así. Lo que cuenta es la intención.

A mí lo que me produce felicidad es ver a mi querida enamorada de refilón, dormir encima de cualquier cama, meter las patas en un charco, mojarme bajo la lluvia, leer, observar, escuchar música, ¡tantas cosas para una más que evidente corta vida! Y lo bueno es que una vez que conoces el mecanismo ardes en deseos de probar otra vez, hasta llegar a perfeccionar esa marca que te deja la felicidad.



5 comentarios:

  1. llevando marcas a cierta gente da la sensacion de ser miembro de un grupo exclusivo ... que va... la mayoria (nunca se puede decir todos) son miembros de un grupo comun, vulgar (no en el sentido de sexo) y conformista sin capacidad de individalizarse: no solo interiormente (me refiero a la actitud de comportamiento)si no tambien exteriormente con un estilo (de maquiaje y vestidos) comprado. Yo, como tu, mi héroe del barrio, quiero ser individualista, creativa, misteriosa y no una fotocopia de otros seres.
    Prefiero una patata harinosa bien hervida con aceite de oliva que comprar una comida ya preparada que se tiene que calientar solo en el microondas.
    Bueno, pienso que mucha gente del grupo "marcas" no tienen suficiente confianza en sí mismo para dejar las marcas y "individualizarse".

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  2. solo para dejarlo muy claro, el comentario fue el mio din don

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  3. Me ha gustado mucho la frase del final de perfeccionar esa marca que te deja la felicidad. Gracias

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  4. Pues como se decía hace un par de post, toda marca debería incluir el aviso:
    * felicidad no incluida

    De lo contrario, se arriesgan a rozar el terreno de la publicidad engañosa.

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  5. Dicen que "el hàbito hace el monje ", yo pienso que " no siempre es oro todo lo que reluce ".


    cf

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